Juguemos limpio
Fair play es tener respeto al oponente, al que es diferente, a las reglas; es practicar un juego limpio, sin trampas, trucos o simulaciones; además de no ofender, humillar ni maltratar a ningún participante de la contienda. Bonitas palabras que se las lleva el viento, o mejor dicho el agua, se borran y se disuelven en el ancho y profundo océano que marca una frontera líquida que nos separa de aquellos que son como nosotros.
La frontera líquida
Las fronteras impuestas por los hombres hacia otros hombres desata violencia, abusos, esclavitud y muerte durante su dura travesía migrante, y mientras las aguas se llenan diariamente de muerte Europa mira hacia otro lado: les negamos el juego limpio, la solidaridad y el trato justo, como a iguales, que es lo que somos todos y todas. Los nuevos esclavos del siglo 21 son tratados como mercancía que enriquece a las mafias que los utilizan a su antojo para luego abandonarlos a su suerte.
Las Canarias como entrada
La vía canaria es una de las más peligrosas rutas migratorias y cada año mueren personas intentando alcanzar el sueño de una vida mejor. Una ruta por el Atlántico en la que las condiciones del viaje son inhumanas y en la que no todos llegan, mientras hay unas mafias sin escrúpulos que se enriquecen sin importarles nada ni nadie. Esta pieza pertenece a la serie Fair Play y plantea el propio texto realizado sobre la arena de la playa Papagayo de Lanzarote en una clara alusión a ese juego no limpio que realizamos. El texto va siendo diluido por la subida de la marea en ese mismo vasto océano en el que todos los años mueren cientos de personas.










Montaje



